LA QUINTA ESTACIÓN SEGÚN LA COSMOLOGÍA CHINA TRADICIONAL
por Marc Pialoux
En el pensamiento chino tradicional las estaciones se calculan según el máximo/mínimo de luz solar (solsticio de verano y de invierno, respectivamente) y el momento de igualdad de luz/oscuridad (equinoccios de primavera y de otoño). Así, al revés de lo que creemos en occidente, el máximum energético de una estación y no su inicio se sitúa en estos momentos:
- Solsticio de verano el 21 de Junio, máximum de luz, energía yang relacionada con el elemento “fuego”.
- Solsticio de invierno el 21 de Diciembre, máximum de noche, energía yin relacionada con el elemento “agua”.
- Equinoccio de primavera el 21 de Marzo, igualdad de luz y noche, nacimiento de la energía yang relacionado con el elemento “Madera”.
- Equinoccio de otoño el 21 de Septiembre, relacionado con el elemento “Metal”.
Al centro de estos 4 momentos muy importantes del ciclo solar anual, existe la energía que sostiene esas 4 estaciones, lo que llama la cosmología china la “quinta estación”, expresión directa del elemento “Tierra”.
Cada estación tiene su característica propia que aparece de forma máxima en el momento de los solsticios y equinoccios. Sin embargo, cuando esta característica estacional se sitúa al mínimum, aparece la quinta estación expresando la energía de la “tierra”.
Así, obtenemos 4 “quintas estaciones” que aparecen entre el final de una estación pasada y el inicio de la que llega, por ejemplo, entre el invierno y la primavera.
Cada una de estas estaciones intermedias tiene una duración de 19 días, lo que significa que cada estación principal ocupa en el calendario 72 días: 32 días de crecimiento hasta el solsticio o equinoccio, y 32 días de descrecimiento desde este máximo energético hasta su mínimo.
Este conocimiento de los ciclos estacionales tiene su importancia e influencia directa no solamente sobre la naturaleza, también y al mismo tiempo, sobre el funcionamiento armonioso de nuestro cuerpo:
- A la primavera corresponde el elemento “Madera”, energía producida y controlada en el cuerpo por el H (Hígado) y Vb (Vesícula biliar).
- Al verano corresponde el elemento “Fuego”, energía producida y controlada por el Cr (Corazón) e Id (Intestino delgado).
- Al otoño corresponde el elemento “Metal”, energía producida y controlada por el P (pulmón) y Ig (Intestino grueso).
- Al invierno corresponde el elemento “Agua”, energía producida y controlada por el R (Riñón) y V (vejiga).
Estación | Elemento | Órgano |
Primavera | Madera | Hígado y vesícula biliar |
Verano | Fuego | Corazón e intestino delgado |
Otoño | Metal | Pulmón e intestino grueso |
Invierno | Agua | Riñón y vejiga |
De forma homóloga, durante la quinta estación, la energía de la Tierra está producida por:
- El B (Bazo) que controla toda la “sangre” o energía yin del cuerpo.
- El E (Estómago) que controla toda la “energía” o energía Yang del cuerpo.
- El Mc (Maestro/ministro del corazón) que controla la circulación de la sangre de abajo: la “tierra”, hacia arriba: el “cielo”.
- El Tr (Triple recalentador) que controla la circulación de la energía de arriba: el “cielo”, hacia abajo: la “tierra”.
Lo interesante, en estos ciclos estacionales es que aparecen globalmente 2 movimientos importantes en un año entero:
- Movimiento de “crecimiento” (Yang) que aparece con la primavera y se manifiesta al máximo en el verano. Es como la inspiración global de la naturaleza;
- Movimiento de “decrecimiento” (Yin) que aparece con el otoño y se manifiesta al máximo en el invierno. Es como la espiración global de la naturaleza.
Lo que predetermina estos movimientos son las 2 quintas estaciones importantes ubicadas:
- Entre el invierno y la primavera en correspondencia con el elemento “fuego de la tierra” (aspecto yang del elemento Tierra) que gracias a las funciones energéticas que lo componen (Mc y Tr) ponen en movimiento la “sangre” y la “energía”, demasiado concentradas y fijadas durante el invierno. Este momento corresponde a la apnea espiradora de la respiración de la naturaleza, justo antes de la inspiración abdominal que pone en movimiento la energía de la primavera y del elemento Madera (H/Vb) en nuestro cuerpo.
- Entre el verano y el otoño en correspondencia directa con el elemento «Tierra” (aspecto Yin del elemento Tierra) que gracias a las funciones que le componen (B y E) ralentizan/recuperan la “sangre”” y la “energía” dispersadas durante el verano con el exceso de “Fuego”. Este momento corresponde a la apnea inspiradora de la naturaleza, justo antes de la espiración torácica que pone en movimiento la energía del otoño y del elemento metal (P/Ig) en nuestro cuerpo.
Así, vemos bien con esta pequeña exposición que existe una relación íntima entre los ciclos estacionales, los 5 elementos y el funcionamiento de los órganos y vísceras que producen la energía adaptada a cada momento del año.
Los problemas de salud aparecen cuando hay duplicidad: la creencia de que estamos separados del medio ambiente y de que no seguimos el movimiento estacional que tiene grandes efectos sobre la naturaleza, el cuerpo y todo lo que nos alimenta.
Lo que existe fuera del cuerpo existe dentro.
No hay duplicidad, aparentemente dualidad, siempre unidad.