Antes de completar su método, Maurice Raimond Poyet realizó varios trabajos junto a un fisioterapeuta y acupuntor francés, Marc Xavier Pialoux, y se dio cuenta, que tanto el diagnóstico como la terapéutica empleada en su método, podían y debían ser complementadas con esa gran herramienta que M. Pialoux, después de muchos años de trabajo, había puesto en práctica con éxito.

Unos años más tarde Lola Toro, conocedora de ambos métodos de trabajo quiso completar la visión tradicional que Poyet propuso, con la visión de Marc Pialoux procedente de la medicina tradicional China y con esta “fusión” apareció la Osteopatía Informacional, Método Poyet – Pialoux.

¿QUÉ APORTA MARC PIALOUX AL MÉTODO POYET?

Marc Pialoux, gracias a su formación en osteopatía y medicina tradicional china, desarrolla un sistema de trabajo de cadenas osteopáticas dividido en varios niveles de tratamiento, tomados de la fisiología propia de esta medicina, utilizando en el diagnóstico la pulsología radial.

Tomando como referencia el sistema tradicional, establece un primer nivel de tratamiento, relacionado con los fogones y los recalentadores, que corresponden a las estructuras que en el cuerpo están encargadas de, 1, recibir un estímulo, ya sea físico o psíquico / emocional, procedente del exterior y, 2, de fabricar todo aquello que necesitamos para responder al mismo de una manera eficiente.

Asociadas a ese nivel de funcionamiento, Marc Pialoux elabora tres cadenas de zonas corporales, que responden como una balanza a los desequilibrios, la cadena de la Tierra, la del hombre y la del cielo, asociadas a los miembros, al tronco y a la cabeza, y encargadas cada una de ellas de recibir y fabricar un tipo de “información”.

Gracias a la asociación, que muchas culturas tradicionales como la China o la judeo cristiana realizan a nivel simbólico entre cuerpo y mente, elabora una relación de 8 cadenas agrupadas de 2 en 2, tomando una como eje que armoniza todas ellas y otra como base para que todas funcionen correctamente, y las sitúa sobre el candelabro de 7 ramas.

Normalizando esta relación entre cadenas dentro del candelabro podremos trabajar sobre el segundo nivel de funcionamiento, que se encarga de la distribución y armonización, de lo fabricado anteriormente, por todo el organismo.

El diagnóstico pulsológico propuesto, por Marc Pialoux, nos permite exactamente localizar en cada momento del desarrollo de la sesión, qué zona corporal presenta un bloqueo, qué impide, en un primer nivel, una correcta recepción del estímulo externo, y también fabricar lo necesario para poder responder y en un segundo momento terapéutico, qué región corporal está comprometiendo la distribución.

Así, restableciendo la normalidad en cada una de las zonas a tratar, no sólo tendremos una acción sobre ella, sino también sobre todo el cuerpo como unidad funcional.

De esta manera, uniendo los dos Métodos de trabajo, poseemos el cráneo como elemento diagnóstico muy preciso asociado a un método muy poco invasivo, suave y sutil que tendrá como fin la normalización del MRP global, y gracias a la inclusión de las cadenas propuestas por Pialoux y el diagnóstico pulsológico, en un punto del protocolo, podremos saber dónde trabajar en función del nivel en el que el bloqueo se exprese y, lo más importante, actuar según lo que el paciente nos va mostrando en todo momento.

Manuel Barea