Verano: “ver el año”

por Marc Pialoux

¿Cómo hablar solamente de una estación sin hablar de las otras y así poder definir todas por comparación? Nada se puede conocer sin tener una visión global de los fenómenos y de sus intercambios. Es por eso que, antes de analizar cada uno en sus detalles, nos centraremos en aspectos generales importantes.

Todo sale de la vacuidad, el «Wu» de la tradición china, el centro de la rueda de la vida marcada con los 4 orientes del mundo manifestado. Para los que viven en el hemisferio norte de nuestro planeta, mirando al sol, la luz y al sur:

  • Al Norte, abajo y detrás, se atribuyen la noche y la oscuridad, lo escondido, el frío, la inmovilidad, la germinación y estructuración; en todo: el invierno;
  • Al Este y a izquierda aparece la luz, la aurora, la puesta en movimiento, el crecimiento y los deseos; es decir, la primavera;
  • Al Sur, arriba y delante se expresa la luz, la exteriorización, el calor, el movimiento, la comunicación y comunión; o, lo que es igual, el verano;
  • Al Oeste, a la derecha, baja la luz, momento del crepúsculo, de la reducción de las actividades exteriores, almacenar, separar lo puro de lo impuro para conservar lo esencial;  por tanto, el otoño. 

Cada oriente no podría existir sin relación con los demás. 

Ya sabemos que:

  • Del invierno, nace la primavera
  • De la primavera nace el verano
  • Del verano nace el otoño
  • Del otoño nace el invierno

A esto llamamos el Ciclo “anual”.

También se observa que: 

  • De la calidad del invierno depende la calidad del verano
  • De la calidad de la primavera depende la calidad del otoño
  • De la calidad del verano depende la del invierno
  • De la calidad del otoño depende la de la primavera 

Influencias determinantes de los opuestos/complementarios.

El verano, según la MTC, revela en el cuerpo el elemento Fuego en correspondencia con las funciones energéticas “Corazón” (Cr) y el “Intestino delgado” (Id)

Los dos “alimentan” la sangre:

  • Sobre el punto de vista de la verticalidad, el Cr anima la sangre de su “soplo celeste” o espiritual; otros dirían que activa la sangre, confundiendo así el Cr con el “ministro del corazón” (Mc), la bomba cardiaca.
  • Sobre el punto de vista horizontal, el ID integra en la sangre la quintaesencia del alimento ya sea a nivel físico como psíquico. Está en relación con el “Triple recalentador” (Tr) o resumiendo, con el páncreas exocrino.
verano
Foto de Farrinni en Unsplash

Además, como lo observamos fácilmente, el verano lleva consigo el máximum de luz y calor, provoca la felicidad, los intercambios, la conciencia de pertenecer al universo, de estar unido… En todo, el verano sirve a la expresión exterior de la vida que nutrirá, en invierno, la calidad de nuestra vida interior…

Entonces: ¡Que tengan un buen verano!