El pasado mes de mayo (2021) vio la luz el primer artículo científico sobre algunos de los efectos clínicos que produce la Terapia Manual Informacional (TMI) o Método Poyet-Pialoux. Desde aquí damos las GRACIAS a todo el equipo que lo ha hecho posible, pero especialmente, a Rosa Cabanas. Por su infatigable trabajo, su esfuerzo, dedicación y por confiar en este método, al que aún le queda mucho camino que recorrer.

ANTECEDENTES: La Terapia Manual Informacional (TMI), o conocida comúnmente como “Método Poyet-Pialoux”, es una técnica de las denominadas de toque terapéutico. Esta utiliza en la práctica un gesto manual muy sutil para corregir o equilibrar los campos de energía. A pesar del uso de la palabra “tocar”, las manos generalmente se ciernen sobre el cuerpo, pudiéndolo tocar físicamente o no.
El toque terapéutico se basa en la teoría de que el cuerpo, la mente y las emociones forman un campo de energía complejo. Según el toque terapéutico, la buena salud es una indicación de un campo energético equilibrado, mientras que la enfermedad representa un desequilibrio.
Los estudios sugieren que el toque terapéutico puede ayudar a curar heridas, reducir el dolor y disminuir la ansiedad.

El estudio que realizamos tuvo como objetivo evaluar el efecto de la TMI en el equilibrio en bipedestación, el dolor y el estado de salud en población sana del ámbito universitario.


MATERIAL Y MÉTODOS: Se realizó un ensayo clínico controlado, con un solo grupo experimental, en sujetos sanos, utilizando un análisis comparativo tanto antes como después de la intervención. Se realizó una sola sesión de TMI en 57 individuos sanos, de edades comprendidas entre 18 a 65 años. La variable principal fue el equilibrio en bipedestación, con ojos abiertos y cerrados, valorado mediante la prueba estabilométrica con una plataforma de fuerzas (Satel de 40 Hz). Las variables secundarias fueron el dolor corporal, evaluado mediante el cuestionario auto administrado de salud 36 ítems (SF-36) y la percepción del estado de salud, valorado con el EQ-5D-3L que comprende movilidad, autocuidado, actividades de la vida diaria, dolor y ansiedad. La variable principal se evaluó antes del tratamiento, inmediatamente después de recibirlo y a la semana de haber finalizado dicho tratamiento. Las variables secundarias se evaluaron al inicio y a las tres semanas del tratamiento.


RESULTADOS: Los individuos se dividieron en 3 grupos de edad, 18-35 (52,6%), 35-50 (29,8%) y 51-65 (17,6%). Inmediatamente después de la sesión se observaron diferencias estadísticamente significativas al comparar las puntuaciones de la postura en bipedestación antes y después en una serie de parámetros de longitud: L, Lx, Ly y amplitud de estabilometría en el eje Y con los ojos abiertos y cerrados, pero estos efectos no se mantuvieron en la evaluación realizada a la semana después de la intervención. Se encontraron diferencias significativas también en los ítems referentes al dolor corporal (SF-36) y la ansiedad (5Q-5D- 3L).


CONCLUSIÓN: Una sola sesión de TMI produjo efectos positivos en el equilibrio en bipedestación, tanto con ojos abiertos como cerrados, así como una reducción significativa del dolor corporal y la ansiedad. Se sugiere más investigación al respecto barajando la hipótesis de que con más sesiones los resultados pueden perdurar más en el tiempo.

Pichar aquí para poder leer el artículo al completo. Está en open access.

Rosa Cabanas