LA IMPORTANCIA DE LA SALUD POSTURAL EN LA INFANCIA

Cuando estos sistemas no funcionan bien, el cuerpo realiza compensaciones que afectan la postura y el equilibrio. Aquí es donde entra el método Poyet, una terapia manual informativa que trabaja a nivel del sistema nervioso central.

Pero, ¿cómo lo hace?

A través de presiones muy suaves en puntos específicos del cráneo, la columna y el sacro, enviamos señales neuromusculares al sistema nervioso central que ayudan a disminuir el tono en cadenas musculares tensas y liberan tensiones en el tejido conectivo, o fascias. Esto mejora la comunicación interna del sistema y permite que reflejos arcaicos, como el de Moro o el tónico asimétrico del cuello, se integren mejor.

Cuando estos reflejos no están activos de forma innecesaria, el niño puede desarrollar una postura más estable y natural.

El método Poyet también tiene un gran impacto en los captores posturales. Al trabajar suavemente en áreas como el cráneo y la mandíbula, podemos recalibrar la información que captores como los ojos y la mandíbula envían al sistema nervioso.

Por ejemplo, un pequeño ajuste en el occipital puede reducir tensiones oculares, mejorando la precisión con la que estos captores informan al cerebro sobre la posición del cuerpo. Esto es crucial porque ayuda a reducir compensaciones innecesarias y da lugar a un equilibrio postural más estable.

En términos fisiológicos, el método Poyet aprovecha la plasticidad neuronal del sistema nervioso, ayudando al cerebro a ‘renegociar’ el control de los reflejos y los captores. Esto permite al niño moverse y crecer con una base postural sólida, mejorando su equilibrio y su desarrollo motor de una forma natural y efectiva.