MRP EJE CRANEOSACRO Y MRP LOCAL
Este MRP se origina en el centro del cráneo (en la articulación entre el esfenoides y el occipital) y desde allí se transmite al sacro (eje craneosacro) y a cada uno de los huesos, músculos y vísceras del cuerpo (MRP local). Sabemos los parámetros del MRP local de cada hueso gracias a la precisión del trabajo de Maurice R. Poyet.
Como ya explicábamos en la entrada anterior, “el MRP es un micromovimiento que, partiendo desde el centro del cráneo (en concreto, de la sincondrosis esfenobasilar), se transmite y está presente en cada tejido corporal. Este movimiento se expresa en dos fases: una de expansión (flexión o rotación externa) y una de contracción (extensión o rotación interna)”.
La sincondrosis esfenobasilar es la articulación que se establece entre dos huesos del cráneo: el esfenoides y el occipital. Y, más concretamente, entre la parte posterior del cuerpo del esfenoides y la apófisis basilar (parte anterior) del occipital. Es una articulación sumamente importante, pero no es posible verla ni tocarla de forma directa porque se sitúa justo en la parte central e interna del cráneo. Eso sí, podremos acceder a ella (diagnosticarla y tratarla) de forma indirecta.
"Lo que ocurre en el eje, también en la periferia"
- Con tus alas mayores y alas menores, que aunque no les sirven para volar, sí le permite proyectarse hacia el exterior y ponerse en contacto con gran cantidad de huesos. Nosotros accederemos al esfenoides a través de las alas mayores que se sitúan justo en las sienes. Las alas menores de ambos lados están interconectadas y la cresta que forman va a separar la fosa craneal anterior y media.
- El cuerpo es donde se encuentra la “joya de la corona”, es decir, la silla turca. Consiste en una oquedad donde se asienta la hipófisis, gran glándula endocrina (se la conoce como “glándula maestra” porque regula el funcionamiento de otras glándulas endocrinas del cuerpo) y lugar donde tiene una gran inserción la duramadre (envuelta fascial del sistema nervioso que es fundamental para la transmisión del MRP desde el cráneo al sacro).
- Las apófisis pterigoides son las patas del pajarito!!, que salen desde el cuerpo en dirección hacia abajo. Se encuentran a nivel posterior del cielo de la boca y sirven, entre otras cosas, para proporcionar lugar de inserción a diferentes músculos importantes para la masticación.
Por otro lado, tenemos al occipital, hueso de la nuca, que pone en contacto directo la cabeza con la columna cervical y, por tanto, con la espalda. Detrás de la esfenobasilar, en el occipital hay un gran agujero, el agujero magno, que permite que el sistema nervioso central pase del cráneo (encéfalo) a la columna (médula espinal).
Tanto el agujero magno como las primeras vértebras cervicales reciben también fuertes inserciones de la duramadre.
Más abajo, al final de la columna, tenemos el hueso sacro. Y en él, justo a nivel de su segunda vértebra, hay otro anclaje importante de la duramadre.
De forma muy simplificada, podemos decir que ese micromovimiento que se genera en la esfenobasilar es trasmitido hasta la columna y el sacro-pelvis a través de la duramadre y todo el sistema de fluidos del cuerpo. Y, desde la columna y la pelvis, es transmitido hacia las extremidades superiores e inferiores.
Maurice Raimund Poyet tuvo la genialidad de identificar y describir todos los párametros del MRP de cada hueso. Siendo la restauración de ese movimiento parte fundamental del tratamiento con el Método Poyet-Pialoux.
A continuación podéis ver diferentes vídeos en los que se ha recreado, con fines didácticos, el MRP del cráneo (de cada hueso que lo conforma y del cráneo en general), sacro, pelvis, columna, tórax, miembro inferior y superior.
Este método tiene unas características propias que lo diferencian de otras propuestas terapéuticas, ¿quieres conocerlas?